Fue construido alrededor del año 1955, durante la dictadura de Trujillo. Debido a la época en que fue edificado, su arquitectura es reflejo del uso represivo del poder que era propio de la edificaciones del Estado trujillista. Estas se caracterizaban por ser de carácter monumental que era una de las invariables propias de la arquitectura fascista que servía de modelo para este tipo de gobiernos donde se buscaba la expresión del poder. La arquitectura de esta edificación habla mucho de la realidad de esta entidad gubernamental. El hecho de que se perciba poco accesible, ya que esta amurallada y se presenta con un gran parqueo, para luego tener que subir una larga escalinata y finalmente llegar a la entrada, nos afecta a un nivel psicológico, haciéndonos sentir pequeños y dependientes de una entidad que se muestra superior al ciudadano. La arquitectura fascista buscaba el rigor y la racionalidad, cosa que se da a entender en la fachada, sin embargo en el interior es todo un caos. Este caos a su vez, se ve reflejado en nuestro cuerpo policial, que es desorganizado y poco confiable. Definitivamente la arquitectura de una edificación interviene en cómo es apreciada por el usuario. Entendemos, que con el paso del tiempo en vez de invertir en un simple cambio de color en su pintura, se debería de replantear la manera en que arquitectónicamente se cambie de manera positiva su imagen.
Por Ligia Carrión.
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